Nuestro valores institucionales son:
- La solidaridad, como la capacidad para reconocer la dignidad humana, de entregar y de participar del bienestar social.
- La sabiduría, entendida como el cultivo del entendimiento, e igualmente de la prudencia, como formas de actuar en consecuencia a nuestras ideas.
- La justicia, la firme voluntad de dar a cada cual lo que le es debido.
- La libertad, facultad natural de actuar en consecuencia con el parecer y así hacerse responsable de sus actos.
- La identidad, es dar sentido a la vida a través del compromiso que se adquiere con ella y con miembros de la comunidad a la cual se pertenece.
Estos valores sirven como eje para el desarrollo de nuestras capacidades, por ende, fomentan las virtudes en los hombres, las cuales materializan nuestros más importantes ideales culturales y se manifiestan en todas las dimensiones humanas; personales, familiares, éticas, morales, religiosas y sociales.
Los valores orientan nuestro comportamiento al cumplimiento de normas morales, por lo tanto; el hombre virtuoso será un hombre valioso, porque en él se ven reflejados los estándares de calidad humana que ha enaltecido la sociedad. Los valores se diferencian en terminales e instrumentales. Los terminales se conciben como el cumplimiento y la finalidad de la armonía entre el saber, el saber hacer y ser. En ellos se muestra la maduración de nuestra persona, en un individuo justo, libre, y consecuente con su condición, ubicación y momento histórico. Los instrumentales, son las virtudes en si misas, porque son las herramientas para que los valores instrumentales se puedan alcanzar.
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